lunes, 7 de abril de 2014

RISSANI (Marruecos)


El diez de abril de 2006, viví una de esas experiencias que se tornan inolvidables. En un viaje de "pajareo" por tierras marroquíes con mi amigo Karmelo de Dios visitamos el Gran Erg del desierto del Sahara... una duna gigantesca de color rojizo antesala del gran desierto africano. Aquí vimos buenas especialidades orníticas del Paleártico Occidental.

Ya de vuelta a la población de Rissani, nos vimos sorprendidos por un muro que avanzaba imparable hacia nosotros y que al primer golpe de vista creímos que se trataba de un gigantesco incendio. Sin embargo no era tal... sino una gigantesca Tormenta de arena. Como era la primera vez que veíamos algo semejante decidimos pararnos en el arcén de la carretera, con las luces de posición y esperar a ver que pasaba.

Al de pocos minutos ese "colchón de arena" nos cubrió totalmente y lo más  curioso es que, a pesar de ser una "tormenta", no hacía nada de aire. Viento cero. Por supuesto permanecimos en todo momento dentro del coche y con las ventanillas subidas. Las fotografías están realizadas a 1.800 ISO... ya que apenas había luz.... si un tono rojizo muy intenso. Y matizo " las fotos no están tratadas".

E hicimos muy bien...  porque sin pleno aviso... esa siniestra calma se volvió en viento huracanado que zarandeaba violentamente el coche... incluso empezó a llover barro. Estábamos flipados.

Pasado este violento golpe, el viento amaino mucho, ya no era tan fuerte.  Ganamos algo de visibilidad lo que nos permitió seguir adelante...

El viento arrastraba con fuerza la arena, serpenteaba a ras de carretera, confundiendo el asfalto con el desierto... desplazándolo ... siendo testigos de esas dunas vivas que lo tragan todo... empezando por la propia carretera.

Y donde el hombre del desierto convive casi diariamente con ello. Aunque esta vez sus cabalgaduras ya no sean dromedarios...

Un saludete

Gorka Ocio