Los mininos son muy majos
y juguetones, pero agradezco enormemente que en general y por Costa
de Marfil no se vea ni un sólo gato. Las causas nos las podemos
imaginar. Sólo se nota su presencia de forma muy tímida en alguna
residencia privada. Y se nota que no hay estos predadores por la
ciudad porque es una gozada disfrutar con las incursiones de este
pequeño dragón de vivos colores, conocidos como "Margouyas" por la población local.
Las Agamas son uno de los
reptiles más abundante de esta parte de África. Y en los hoteles
andan a sus anchas sin que nadie las persiga o tire piedras. Así que
podemos disfrutar un largo rato de su presencia y constumbres. Y en
algo se parecen a nosotros. El sol castigador también les afecta y
no dudan el alzar los dedos para evitar la “quemazón”.
Los grandes machos son
imponentes. Grandes machos, entre comillas, porque apenas sobrepasan
los 30 cm. Pero se muestran “orgullosos” y gallardos en lo alto
de muros y paredes con un aire de superioridad que ralla el insulto.
Están al pille de todo
lo que caiga... incluido sus damas que en cuanto una se pone a tiro
enseguida se presta a cortejarla con un baile de flexiones digno del
más cachas del gimnasio.
Hembra de Agama
Pero si quien aparece es
un jovenzuelo corre el riesgo de ser incluído en el menu. Tan
variado y varipinto como todo aquello comestible que se le ponga a
tiro. Cacahuetes, patatas fritas, pollo, pequeños roedores... todo
aquello que le quepa en la boca.
Jóven Agama
Y aunque parezcan
indiferentes a lo que ocurre a su alrededor no se les pasa por alto
nada
Espero que os haya gustado
Un saludete
Gorka Ocio